Noche en el albergue acompañado
por 50 personas. Ni comparación con Triacastela en la
que tan sólo eran 3 literas por habitación, eso sí, con batientes y estruendosas
puertas.
Mi problema esa noche por tanto
no era el calcetín que se me había caído de la cuerda (Nota mental: meter un
par de pinzas más la próxima vez en la mochila). Ni siquiera la cantidad de
gente. Recordar el dato de que 6 de cada 10 hombres en España se transforman en
úrsidos tras pasar de la segunda fase no REM. El epicentro era tanto la nula ventilación del albergue como el calor reconcentrado, ya que las literas estaban justo debajo de la caldeada madera del tejado, supongo que a base de tópicos de que
en Galicia sólo llueve y hace frío. El resultado fue que mi sueño se podía medir en metros y litros de sudor. Volviéndose una tarea harto complicada si además sumamos la
sinfonía de ronquidos a dos tiempos que fue in crescendo a una soberbia mezcla
entre leonera y noche de truenos.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiegiLBQ8yT_UNe5zZlffWP44PpsokVK5L_uKd61XsGBsrrJQdG7KogrqPMR94_p_1NFfxZe0eHg6CDO0oJDaST9Y6MY3UojTfBND1vO4QMwvdl-GlH5dMjvByb-n8YrXmu4qww80yeorv0/s400/CIMG3584.JPG)
A todo esto eran las 4 de la mañana, recordemos
que estoy durmiendo en una de las literas de arriba de una concurrida habitación, para bien o para mal (algún día filosofaremos al respecto). Con una oscilación
que si Newton levantara la cabeza pondría en entredicho las leyes de la
gravedad.
A este equilibrio inestable, no le podía faltar la oportuna
contribución de la filtración glomerular del agua que
te bebiste en la cena, que te hace tener que sacar tus habilidades de
rapelista y tirar de chapas, mosquetones y cuerda para descender al suelo, por
supuesto sin olvidarte antes del arco y las flechas por si aparece algún zombie por el
camino.
6.15 am reconforta saber que tus
compañeros han dormido como troncos. No
sé si por lo dormido que estaba o porque ya empezábamos a estar en forma... Pero
con la fresca dimos caza desayunando incluso a los que habían salido a las 5 de la mañana. Este tramo más amplio que los anteriores entre secano y
bosques de pinos se caracteriza sobre todo por la impresionante llegada a Portomarín mientras vas cruzando el Miño.
Al final como no puede faltar, ducha
antes de comer, siesta en la pradera del embalse (por lo menos en mi caso
Glasgow 3 durante por lo menos un par de horas), caña en la terracita, bajada
con el de Pucela al embalse donde conocimos a las andaluzas que se suman a la
aventura, misa del peregrino en el templo-fortaleza construido en el siglo
XIII y reedificado piedra por piedra en centro del pueblo debido a la
construcción del embalse de Belesar. En
el que además conocimos a una de las muchas personas que sin tener nada viven en el
camino.
Bonus track:
-Que el camarero en el desayuno te
diga: Sir, what do you want?, y contestarle con un acentazo madrileño: Un
bocata beicon.
-Plaza de Portomarín, tirando el
líquido de los guisantes en la plaza del pueblo: Si haces esto en la plaza de
mi pueblo te mato.
-Llenar el papo nueva acepción de ir a comer en la RAE.
-Que se te caiga el jabón en el
plato de ducha del de al lado mientras te estás duchando y en bolas te tengas
que agachar para por tanteo meter el brazo y cogerlo. Salir del baño ya vestido,
con los útiles y la ropa sucia sujeta en los brazos a modo de escuadra, de
manera que no ves lo que estás pisando y hacer aquaplaning con las chanclas enfrente
del baño de las chicas y empotrarse contra las escaleras de subida a las
habitaciones. #dando el cante
#torpequién?