domingo, 1 de noviembre de 2015

D2 - Sarria

Monasterio de Samos

Diana a las 6:15, dirección Sarria por la ruta rompe piernas. Lo cual implica un imponente aunque muy recomendable rodeo para ver el monasterio de Samos (Fundado en el Siglo VI por los benedictinos).

Con energía  nos pusimos a rebufo de un extremeño experto en caminatas, por una travesía de niebla espesa cubierta por envolventes y frondosos bosques. Probablemente uno de los paisajes más bonitos del camino.

Fue la cadencia de las campanas del monasterio la que nos impulsó en un frenético sprint cuesta abajo al monasterio en busca de la misa del preregrino. Sin embargo tras darnos cuenta de que sólo estaba marcando la hora nos autocompensamos con un  desayuno ahora sí de un par de huevos fritos con jamón.

Tras visitar el monasterio afamado sobre todo por tener el claustro más grande de España y el segundo más grande de Europa. Sin perder de vista el crono nos dimos otra larga caminata hasta Sarria, ya que de ello dependía nuestra llegada al albergue público y cual Grecia con la Troika cubrir el límite de deuda diaria. Porque sí, somos universitarios.

Iglesia de Santa Marina
El camino, bastante más feo ya que los alrededores de las urbes grandes es lo que tiene y para rematar el día asimilando el por qué de la rompe piernas tuvimos recuerdo la cara que se nos quedó al ver la interminable escalera que nos separaba del albergue situado en lo alto del pueblo, pero gemelos aparte, ¿qué es eso para un peregrino?

Éste albergue es mucho más concurrido que el otro de hecho fuimos de los últimos en llegar justo por delante de las “chungas” conocidas durante la etapa. Una vez dentro la verdad es que la representación de EEUU en las literas de al lado era bastante buena, sobre todo la parte de Texas. Parece que ya los grupos se han ido asentando y más o menos estamos los cien que iremos coincidiendo en las próximas etapas.

Preguntamos a una anciana por las posibles cosas que ver en el pueblo, pero aun sin saber si subía o bajaba la escalera nos respondió con todo su acento: “Pues depende, depende de lo que queráis ver, pero todo en este pueblo es bonito”. Así que con esa fantástica indicación visitamos la torre de Sarria (S.XV) que es lo más monumental del pueblo y la iglesia de Santa Marina, para terminar cenando en el parque del pueblo escuchando un concierto callejero de Jazz.


Bonus track:

-A veces la gente va demasiado cargada… Prueba el japonés que se vino con una mochila de 40 kg desde Roncesvalles, con toda la comida que iba a consumir en el camino. Un diez a la integración con el país que visitas.

-Babosas cientos de miles de babosas, la mayor reserva nacional de babosas de España.

-Japonés entrando en el restaurante donde desayunábamos (leer con tono ninja): Lecheeeeee HOT!

-Monje del monasterio de Samos tras la visita intentando vender unas pastas típicas de la zona (léase con acento gallego): Aprovechen la oferta. Una caja 5€, pero si se llevan dos, se las dejo a ustedes por tan sólo 10. (Claro que sí, me llevo 4 si me las dejas a 20…)

-De la famosa rueda de sardinas al pringoso mundo de los mejillones en escabeche. 

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