Flashes de tiempos pasados que siguen sin respuestas a las grandes preguntas ¡Cuánto y qué poco cambian las cosas! Hoy aquí, mañana allí. Sobre todo, en el momento en el que te percatas de a quién tienes en los brazos. No puedo estar más de acuerdo con la idea de que la felicidad radica en el compromiso de las buenas relaciones. Por eso, volver a casa incluso en los peores momentos, hace mantener la ilusión y buscar enseñanzas. Porque las soluciones creativas sólo dependen de nosotros, y sí, sigo pensando que ganan los buenos.
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