Tras largas horas las ideas se habían ido esfumando del papel y sólo quedaba la sensación de haber perdido el tiempo, estaba claro que no era una historia al uso y los personajes tampoco, en absoluto pretendía hacer una genialidad, tan sólo que el resultado fueran pasos al frente y que con cada giro las aristas se convirtieran en poesía.
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