Sin pretensión de nada, delicada y elegante, en un blanco puro, toda inocencia, como una aparición en un tiempo y espacio en el que se puede no coincidir.
Como si en la parada del autobús nos hubiéramos equivocado de equipaje y cada uno se llevara el del otro, fugaz pero enriquecedor, descordura desde la que te deseo que tengas un buen camino.
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