viernes, 22 de junio de 2018

Naipes


En la barra de la melancolía donde las copas se cargan de recuerdos, hablar claro suponía desmontar castillos con proyectos futuros, en una cohorte admirable y difícilmente repetible. El amor, si verdadero, en primera persona, acariciando su presencia, soñando con sus sueños, detrás suya, en la distancia y en el tiempo.

No le entendían, decían que se dejaba llevar, hasta que desatado de los cuerdos, rompió el sigilo, y volando sobre el fértil campo de las historias no contadas se dio a conocer, en una noche oscura, en una noche que magnifica, en una noche que se transforma en ti.

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