domingo, 10 de junio de 2018

Asperezas


Dicen que el que da tiene que olvidar pero que el que recibe siempre debe recordar. Por eso cuando tienes un conflicto con alguien tienes tres grados para solucionarlo. 

Primero, hacer ver que hay un problema, punto en el que todavía se puede buscar una solución.

Sin embargo la mayoría de las veces esto no sucede, pasando al segundo grado, que en realidad es lo que yo llamo el periodo de reflexión, aquel donde los problemas se enfrían y pueden ser tratados con mayor sensatez.

Aun así el tiempo juega en tu contra, corriendo el riesgo de que las posturas se enroquen y se pase a la última fase, la irreversible y destructiva, donde las posturas se vuelven extremas desapareciendo todo lo que tenían en común y separándose ambos cada uno por su camino.

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