Una mañana más de invierno, los rayos de sol atravesaban trazando una diagonal por la ventana de hemodinámica.
Acababan de empezar el procedimiento:
Catéter 4 french, escopia, contraste, pasa stent...
Mientras tanto en la sala de espera el nerviosismo y la esperanza amasaban un silencio cortado por el trajín de batas y pijamas verdes.
...Infla balón... ¿Qué tontería verdad?
Los monitores comenzaron a pitar y un escalofrío quebró súbitamente los cristales. Se había roto. Entretanto la vida se derramaba entre compresión y compresión. Infartando lo que pudo ser y no fue. Sin opciones de avenar el menoscabo. Hoy, tocaba perder.
No hay comentarios:
Publicar un comentario