Asumimos libertad como ausencia de
responsabilidad e inmersos en el relativismo nos dedicamos a patear los
problemas mientras las ratas se afianzaban en la tarima. Fue tal nuestra
incapacidad que poco a poco la historia recuperó el poder de reescribirse. Un rebaño de reses perdidas y enfrentadas por haberse perdido ¿Aparecerá el lobo para el hombre? Atrás quedaban los tiempos de Kant.
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