La verdad es que ya nunca viajo
al pasado, ni siquiera por un día. Sólo intento vivir cada día como si hubiera
vuelto deliberadamente a ese día, para disfrutarlo como si fuera el último día
de mi extraordinaria vida ordinaria. Dejándote sorprender. Como si de una
segunda vez se tratara, por lo maravilloso que es el mundo.
Asumimos libertad como ausencia de
responsabilidad e inmersos en el relativismo nos dedicamos a patear los
problemas mientras las ratas se afianzaban en la tarima. Fue tal nuestra
incapacidad que poco a poco la historia recuperó el poder de reescribirse. Un rebaño de reses perdidas y enfrentadas por haberse perdido ¿Aparecerá el lobo para el hombre? Atrás quedaban los tiempos de Kant.