Decir adiós siempre es difícil, muchas
veces las despedidas te zarandean como si de repente te
despertaran de un dulce sueño con una ducha de agua fría.
Otras en cambio son el momento en el que tienes la oportunidad de cerrar una etapa diciendo lo que de verdad piensas descubriendo la mano con la que estabas jugando el final de la partida. Con el tiempo cada vez conozco más tipos:
Otras en cambio son el momento en el que tienes la oportunidad de cerrar una etapa diciendo lo que de verdad piensas descubriendo la mano con la que estabas jugando el final de la partida. Con el tiempo cada vez conozco más tipos:
Las hay parte-corazones en las
que muchas veces es inevitable derrumbarse, sobre todo cuando aprecias mucho a
esa persona, siempre desde la dársena o dentro autobús en la que vulnerables
se ve el quiebro de una relación en la que los caminos se van a separar de una
forma inevitable o si se augura un tiempo difícil.
Cuando son para siempre la cosa
se complica. Es como si te torpedearan en la línea de flotación
y lo peor es que no puedes ni siquiera decir lo que tienes en mente porque la
otra persona no está ahí para escucharlo.
También hay despedidas
analgésicas, esas que cuando se producen te dejan una tranquilidad espiritual igualable algunas veces al efecto de los narcóticos. Son esas personas tóxicas que poco a poco
te van minando y justo antes de tenerlas que decir lo que piensas se esfuman.
Otras como las punto final, no
se sabe cuándo se escribirá el siguiente párrafo o si simplemente será el
punto final definitivo, como esa persona que conociste en un viaje y tan
sólo te queda una agradable sensación o el maestro que despide a sus
alumnos deseándoles lo mejor a sabiendas de que a muchos no les volverá a ver
después.
Sin embargo las que a mí me
gustan son las punto y seguido, esas en las que cierras la puerta de tu
habitación en la residencia al final del curso académico con la certeza de que todo queda en su sitio y que
el curso siguiente lo vas a encontrar tal y como lo dejaste.
El último tipo es uno que me ha
pasado recientemente, y que llamaré despedidas inciertas, son esas que surgen
en momentos forzados y tras las que queda todo atrás patas arriba sin saber el
devenir que tendrán.
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