sábado, 19 de febrero de 2022

Titanic

No se trataba de un problema de rumbo, pues en el punto en el que nos encontrábamos no había margen de maniobra. Minucia era achicar agua mientras la banda tocaba y los trozos de hielo resbalaban por la cubierta. Más allá de una actitud derrotista nos manteníamos con la cabeza fría y con los pies en la realidad. Adaptación y supervivencia dentro de la cueva de Alí baba y los 40 ladrones. Había que abandonar el barco y salvar la mayor cantidad de gente posible, porque como dice un amigo mío: Si la vida nos da limones, habrá que hacer limonada.

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