A lo mejor no estábamos completamente equivocados ni las cosas se hacían tan rematadamente mal, las ideas creativas permanecían sobre los dogmas y estaban enseñando el mundo que habían querido vivir. Aún denostadas por el día a día aparecían entre la esperanza y como si no hubiera pasado el tiempo las obras de una vida esperaban a que entrara en razón.
Una vez más salimos a flote, y una vez mas nos salimos con la nuestra, pese a los tonos peyorativos que sonaban a veces, pero el sueño se hizo de nuevo realidad, lanzado a la aventura, sin miedo, sólo con la expectación de qué es lo que habrá en el ruedo, pasando de esconderse, a lucir argentado, sin subjuntivos, porque mi querido amigo eres bienvenido.
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