domingo, 22 de julio de 2018

4 cámaras

Preocupados por las idioteces más menudas, sentían cómo se les resbalaba el tiempo entre los dedos de las manos.

Esas mismas que un día cualquiera sujetaban el transductor, para ver con sonidos los latidos de una vida, esa misma en la que activar el color dependía de un botón. Mientras la democracia se demagogiaba y las elecciones se aleccionaban quiso dedicar su energía a solucionar problemas, pero pronto entendió que la vida eran problemas.

Así que lejos de la quejorrea, como un niño que nunca dejó de creer en la magia se contentaba con los ecos de chapucista feliz que con vehemencia resonaban en su cabeza.


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