miércoles, 18 de enero de 2017

Si chove que chova

Acción, miedo, entereza. Día tras día, sin parar a la luz de la luna llena. Jóvenes profesionales entre manadas de lobos ni siquiera preocupados en vestirse con piel de oveja, Dispuestos a contaminar con lágrimas y heridas a la más pura inocencia. Me niego a pensar en la posibilidad de que exista un corazón vacío donde la vida tan sólo acaba de empezar.
No sé muy bien cómo, pero terminé enfrente de una catedral en obras, contemplando cómo lo viejo iba siendo meticulosamente restaurado. Convenciéndome en cada cincelada de que hay que aprovechar el tiempo y sumar un asiento más a la función de los ideales sencillos.

lunes, 2 de enero de 2017

No digas que es sólo un sueño


Quería hablar, pero no sólo para contar cosas. Quería que la gente se sorprendiera con mis pensamientos, sin embargo, cada vez me contentaba más viendo el folio en blanco. Soy de la idea de que si no puedes mejorar el silencio mejor quedarte callado. Sobre todo si se trata de verborreas vacías. Me preocupaba caer en un consomé de palabras desligadas de su significado, porque ya tenemos suficiente con formar parte de un mundo con exceso de información, donde todo vale y nada es criticable. Por eso precisamente quiero desear este año que no sigáis los protocolos, y permitáis que la inmensidad del universo resquebraje las zonas de confort. Alzándoos postores de casos perdidos y coleccionistas de los arcones de verdad escondidos bajo los pies de Ate.

FELIZ 2017.