Renunciadores de sí mismos por la dedicación incansable en cuerpo y alma a los
demás. Esos que cada día demuestran que no hace falta una cama para soñar o que
el hambre no sólo lo sacia la comida.
De esta manera entendí que el negro es
tan sólo un filtro, que hace que a cada uno nos llegue el espectro de luz que en
ese momento somos capaces de comprender. Porque no hay límites cuando el amor
en su forma más pura se condensa preso de libertad, y desde el otro lado de la
reja alumbra más que cualquier estrella en el universo.
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