sábado, 7 de marzo de 2015

Y me senté al otro lado a escuchar


Renunciadores de sí mismos por la dedicación incansable en cuerpo y alma a los demás. Esos que cada día demuestran que no hace falta una cama para soñar o que el hambre no sólo lo sacia la comida. 

De esta manera entendí que el negro es tan sólo un filtro, que hace que a cada uno nos llegue el espectro de luz que en ese momento somos capaces de comprender. Porque no hay límites cuando el amor en su forma más pura se condensa preso de libertad, y desde el otro lado de la reja alumbra más que cualquier estrella en el universo.

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