Una vez tuve un sueño. Difícil, del que no
tenía certeza siquiera de poderlo afrontar, pero al igual que en otros muchos me prometí
que no pararía hasta que se hiciera realidad.
Me despedí de mi familia, cogí la mochila, me
engalané la mejor sonrisa, salí de casa y me puse a caminar. Conocí a mucha
gente, intercambié cromos de cariño, amistad e ilusión, disfruté de cada paso
todo lo que pude, al igual que me levanté de dulces y amargos traspiés.
Pasaron los años y día a día seguí pidiendo
que no terminaran las aventuras, los problemas y las ganas de jugar. Por suerte
nunca olvidé de donde venía, ni a dónde quería ir a parar.
Luché por mis ideas, pero al final creo que lo más bonito no fue terminar, sino el hecho de metro a metro haber intentado hacer del camino un sitio mejor.
Luché por mis ideas, pero al final creo que lo más bonito no fue terminar, sino el hecho de metro a metro haber intentado hacer del camino un sitio mejor.
Precisamente eso os deseo para éste 2015:
No
soñar en vano porque cada uno paso a paso es dueño de su destino.
No sabía que tuvieses un blog, David!! Está muy chulo ^^
ResponderEliminarTania me alegro de que te guste. Muchísimas gracias por comentar!!!!!
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