jueves, 1 de enero de 2015

Feliz Año 2015

Una vez tuve un sueño. Difícil, del que no tenía certeza siquiera de poderlo afrontar, pero al igual que en otros muchos me prometí que no pararía hasta que se hiciera realidad.

Me despedí de mi familia, cogí la mochila, me engalané la mejor sonrisa, salí de casa y me puse a caminar. Conocí a mucha gente, intercambié cromos de cariño, amistad e ilusión, disfruté de cada paso todo lo que pude, al igual que me levanté de dulces y amargos traspiés.

Pasaron los años y día a día seguí pidiendo que no terminaran las aventuras, los problemas y las ganas de jugar. Por suerte nunca olvidé de donde venía, ni a dónde quería ir a parar. 

Luché por mis ideas, pero al final creo que lo más bonito no fue terminar, sino el hecho de metro a metro haber intentado hacer del camino un sitio mejor.

Precisamente eso os deseo para éste 2015: 
No soñar en vano porque cada uno paso a paso es dueño de su destino.