viernes, 15 de marzo de 2013

Gine

Hace no mucho tuve mi primera guardia de gine, y vi mi primera cesárea. Yo que soy un estudiante de medicina sangre sucia: Dícese de aquel estudiante de medicina que no tiene ningún pariente relacionado con la medicina.

Lo que primero me impresionó es que se usa la epidural, igual que en un parto normal: 

A ver si me consigo explicar, se coge una aguja como la pica que llevaban los tercios de Flandes (tampoco estoy exagerando mucho) y con la paciente sentada se palpa la columna vertebral a nivel lumbar y +/- a nivel de las crestas ilíacas (amos, de donde agarras en las discotecas para que no te crucen la cara). Se pincha hasta llegar debajo de la duramadre que es la primera meninge (una de las tres capas de papel de plata que cubren el bocadillo de chorizo la médula espinal) ahí inyectas el anestésico local (que no duerme pero quita el dolor desde el pinchazo p'abajo).

De manera que tú estás con el disfraz de cirujano, la paciente tumbada en la camilla y una tela delante para que no vea cómo la vamos a rajar, te subes al taburete y  desde ahí por un lado ves a la madre que te mira a ti y por el otro al cirujano rajando hasta llegar al calentito jacuzzi en el que reside el niño, y del que hemos decidido que hoy era buen día para sacarle.

En verdad no sé quién se asustó más al salir si él o yo, porque no me esperaba lo más mínimo que al meter la mano el cirujano brotara una cabeza del útero de forma tan abrupta, vamos que si se descuida lo tenemos que coger en el aire.

Luego ya solo queda cortar cordón umbilical, sacar placenta, coser el útero y poner las grapas mientras el neonatólogo hace el reconocimiento al niño.

Bonus track:
Que te den con un chorro de calostro en la cara al ir a la planta de ginecología y apretar el pezón a la mamá para ver si ya puede lactar el bebé.

sábado, 2 de marzo de 2013

Paralelas

En este momento. Mientras escribo este post. Millones de personas se están yendo a acostar, mientras que otros tantos se están despertando en la otra cara del planeta. Probablemente haya mucha gente llorando, desolada por un problema que piensan que no van a poder resolver o porque han perdido a un ser querido.

A la vez soplarán las velas de cumpleaños niños de los que seguramente muchos nacieron a la misma hora y que casi con total seguridad puede que nunca lleguen a conocerse. Incluso puede que alguien acabe de ganar la lotería. Mientras que otras personas se están muriendo por un infarto, de hambre o están siendo maltratadas.

El mundo, un superordenador poblado de archivos que se crean, destruyen y modifican segundo tras segundo sin colapsarse. Es un engranaje complejo, pero en un equilibrio maravilloso, igual que un parto en donde está en juego la vida y la muerte del bebé.

A veces pienso en qué estará haciendo la futura mujer de mi vida, pero por el momento solo puedo hablar de líneas paralelas.