viernes, 20 de septiembre de 2024

La vida en la ciudad

 

Son sueños


Tras mucho tiempo de preguntas y de búsqueda estéril, resultó que la hebra para empezar a hilar estaba en mi mano, una pena no poder cambiar las cosas, sólo el desgaste de una larga campaña en la que rendirse a tiempo era una victoria. Tenían razón, la serenata de que la resignación no era el camino estaba agotada, daba igual, no había equipo, no había proyecto, sólo, la hipocresía de siempre para ocultar una crisis de valores. Era el momento de enterrar las armas, no implicarse, predicar con el ejemplo y como un mero espectador aprovechar el tiempo hasta que el fuego purificador permita germinar las nuevas semillas.